En Val de San Vicente, la mesa es parte del paisaje. Parrillas, sidrerías y tabernas locales mantienen vivo el gusto por el producto y el fuego lento. Aquí se come con calma, entre la brisa del Cantábrico y el aroma de la leña
A pocos minutos de la costa, Prellezo conserva la calma de los pueblos donde la vida sigue su propio ritmo. En sus calles se respira ese equilibrio entre el verde del campo y la brisa del mar que define a todo Val de San Vicente.
En ese entorno nace La Parrilla de Prellezo, un restaurante que hace del fuego su lenguaje. Cada corte de carne se cocina con precisión sobre brasas que respetan el punto y realzan el sabor, sin artificios. El aroma a parrilla se mezcla con el de los vinos que acompañan la comida y el de los postres caseros que cierran cada visita.
Más que un restaurante, es una celebración de lo sencillo: buen producto, buena compañía y la calma de un pueblo donde todo sabe a auténtico.
El Mirador de San Vicente es una opción ideal para descansar y desconectar mientras pasas unos días disfrutando de la zona
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